El leve olor del ruido



Lleva años en este su lugar, el mismo en que pasa uno a uno los días de la vida. ¡Si!, nunca se ausenta, ni siquiera un domingo o un festivo, no tiene que ir a otro, nació para este lugar, sin pedirlo, sin decidirlo… Como nacen muchos de los individuos de esta ciudad. - Olvidados - si olvidados del cariño de los padres, olvidados de una niñez, olvidados de la protección. Figura impresa en un paisaje de urbe calidamente contaminado; nacido para ser olvidado, condenado al cotidiano limbo de la indeferencia. Lleva años aquí, contando la medida exacta de cada uno de ellos; el primero el más duro, el del empezar mantenerse aunque se sea débil e inexperto; ya el segundo, tercero, cuarto, quinto… cincuenta y seis, cincuenta y siete años, siguen bajo la cadencia que se le impone a la sinfonía secular del tiempo, con su medida exacta, los silencios, el tiempo de blanca, el tiempo de corchea, de negra, fusa, semifusa, compuestos y encadenados por la rutinaria costumbre.


El despertar de esta mañana con el aire pintado de blanco, aquel blanco tan frío que consume la llama que mantiene. Ambiente de la sabana de miles de colores y sonidos que huelen a asfalto, a caolín, a cemento, a carburantes y aceites, a miles de pieles que humedece el aire en el fragor de su esencia, para sentirlo en cada esquina, anden, plaza, parque, monumento de Bogotá, ciudad de paisaje irregular, cómplice de su caos ordenado y donde converge el éxtasis de la vida contemporánea ferozmente rápida o lenta… Si muy rápido esta mañana, en donde él sigue ahí, en el mismo lugar ¿A donde iría?, este es su sitio el conocido, puede ser una calle, una plaza, un parque, la ciudad entera. La reconoce desde hace cincuenta y siete años, aunque nunca la haya visto ni oído ni caminado dificultad heredada del rigor natural. Viene a él, a sentirse placidamente como objeto de su memoria, tal vez casual, figurado o abstracto. Cada mañana es diferente y su única herramienta para descifrarlo es oler… y oler… y oler… Más profundo, más leve… Tal vez el olfato se vuelve obsoleto a los cincuenta y siete años, pues la urbe se siente diferente que en los primeros años, hoy después de cincuenta y siete años se pierde el uno a uno del quizás segundo, minuto, fracción de lo que llamamos tiempo; con la velocidad del estar acá o allá, simplemente se va como si nunca hubiese existido. Quizás sea así porque se hace difícil catalogar cada esencia, olor, son miles de miles las que se sienten en el momento de un respiro, que llega más rápido y más rápido aún más que la luz o el sonido, se navega por un río caudaloso a contra corriente de sensaciones divergentes, fragancia de esta ciudad, fragmentada por su historia en periodos que inscribieron su huellas por sus calles dejando su frugal rastro; rastros acumulados que hoy son un lenguaje momificado.


El día lleva su ritmo en azules sin dejar nada, tan solo la sensación de estar ¡ahí!. Que de nada sirve, al día siguiente será igual y el siguiente y el siguiente cada uno con una esperanza diferente, la que lo mantiene erguido consumiendo el almíbar del sol por cada milímetro cuadrado de su esbeltez, desde la aurora al ocaso y en la noche refugiarse en la vetustez de la calle que se hace fría sin medida, y desgasta el almíbar; hasta quedar a su merced dolorosa y agobiante, contando cada uno de los segundos que lo llevara de nuevo a la aurora; aurora que hoy llegará tarde; o no llegará mas a su cita puntual a la que nunca a fallado en todos los días que pueden contar cincuenta y siete años, estos que son todos sus días y que hoy ya no quieren ser más. El movimiento leve del piso hace que despierte aun sin despertar y una escalofriante sensación recorra su cuerpo labrado por las arrugas. Se hace inquietante el instante, tal vez un camión muy pesado que hizo temblar su morada, quizás el recolector de basuras, o uno de esos que entrega sus mercancías aprovechando que el tráfico duerme. Pero no cesa por el contrario aumenta levemente, ya después de dos suspiros preocupa; suspiros que se ahogan en el rocío intenso que acompaña la muerte de la noche, haciéndola aún más fría, vacía y dolorosa. Llueve, llueve cada vez más fuerte tanto que el agua toca todo, nada se escapa ni siquiera el aire; que esta tan mojado como la lluvia, azotando su pesadez venida de la ligera exudación del trópico, contra su andén, aquella morada entrañable, la de los días y las noches eternos, su público refugio intimo. El olor del momento es confuso, los pocos espectadores de la calle que transitaban en medio de la noche desprevenida, ahora corren buscando asilo bajo la sorpresa de la toma del lugar por parte de lluvia; es un ataque sorpresa planeado, una emboscada que aterroriza.
Y el sigue ahí sintiendo el leve movimiento del suelo, estupefacto en la escena que advierte el fin, exhalando un grito mudo, que se ahoga antes de salir pues el temblor se hace presente sin que nadie mas que él de cuenta y sea tarde para todos; los que duermen soñando de la mano de la noche en sus nidos construidos para protegerlos, y los que despiertos deambulan por estas calles soñando el nido protector. Tarde ¡ya! el suelo se mueve como despertando de un sueño medido, exacto, floral y renovador y todo cae con la cadencia que marca la lluvia de la que huían algunos, todo cae hasta los nidos subterráneos, las calles, las plazas, los parques; caen para quebrarse y llenar el todo con un collage de sus retazos, todo se mezcla en un instante, en la fracción de tiempo para venir a el como la última exhalación de vida.
Todo cae, hasta él que ahora yace derribado y húmedo, en aquella calle que ya no lo es, que lo mantuvo por los cincuenta y siete años de su vida y que ve como entrega su vida al igual que la ciudad a la dependencia de su suelo, su raíz sin sustento, sin tacto, sin lúpulo, expuesta como nunca, como por siempre el follaje de sus ramas, que ahora encuentra el tacto de la hoja al caer su tronco en aquel andén deconstruido. Para este momento el olor del ruido ya no es el cotidiano, es tan leve como el olor de la vida después de la muerte, que se va con el ocaso de la noche.….…


JOAN SOLAR SAGRAV

Bíptico

Bíptico

Migajas en la cama ( I )

El día va como vinieron los que ya pasaron para Aníbal Segundo Trespalacios, medidos con la misma cadencia que dicta la rutina heredada de sus padres. Un amanecer de 2 de la mañana acá en el valle donde el aire de corrientes calidas llega suave y tibio en las noches del río Sinú. Para empezar las labores del ganado, arriarlo hasta donde va el corte de los pastos, preparar la sal, el agua y la melaza, tarea dispendiosa cuando se tiene más de cien cabezas de ganado cebú, el preferido de Aníbal por tomar peso en pocos meses y proveer de la carne más suave y jugosa.

A eso de las 6 de la mañana el sol comienza a romper la noche aumentando gradualmente el estado de calor, haciendo que las corrientes de aire frío venidas del río para las 8 de la mañana se conviertan en brasas de este gran tizón, momento para el cual Aníbal ya esta instalado en el chichorro a la sombra del alero de su rancho de bareque y teja de zinc, que corona una pequeña colina en esta llanura extensa y desde donde puede controlar el progreso de sus animales sin moverse. Su esposa Ana Ofelia quien se encarga de los quehaceres domésticos ha preparado fresco, una vianda y ha dispuesto el chirinchi1… A las 10 de la mañana la temperatura sigue subiendo y Aníbal sigue vigilante meciendo su cuerpo para lograr frescura, mientras observa sus reses y bebe de su botella… A las 12 del medio día aun sigue en el chinchorro y la temperatura alcanzo el máximo del día, 40 grados a la sombra, en ese momento su esposa le trae su almuerzo y él sin moverse pues el calor agota y asfixia cualquier esfuerzo lo consume en su chinchorro…A las 2 de la tarde la temperatura desciende unos grados se hace mas fresco el ambiente, Aníbal ya ha tomado su siesta del medio día y aun sigue en su chinchorro…A las 4 de la tarde después de varios tragos siente la incomodidad son las migajas que quedan del día y molestan su espalda, levanta su cuerpo del chinchorro y con el fuego del día, enemigo de cualquier esfuerzo físico decide emprende camino a recoger su ganado…

Migajas en la cama ( II )

El día va como vinieron los que ya pasaron para Aníbal Segundo Trespalacios, medidos con la misma cadencia que dicta la rutina heredada de su exilio. Tendido en un viejo colchón de relleno de mota, sujeto del desgaste y la mugre, al que el tiempo sin mengua hirió dejándolo con sendos agujeros, Aníbal en la basura lo encontró, cuando vagaba por uno de los suburbios cosmopolitas de esta media metrópoli.

La noche sin capricho entró, se tomo su tiempo y corrió. Aníbal en harapos sentía como el frío del altiplano le congelaba el tuétano2, con tal intensidad, que se traducía en un agudo dolor que dormía su cuerpo. Ya eran las 2 de la mañana, acá en el andén frente a la entrada del antiguo Palacio de la Torre, en donde hasta la primera mitad del siglo, se instalaba el Gobernador a ejercer poder. Y que enmarca la plaza de la estación de metrobus Simón Bolívar, que reemplazó la antigua plaza en honor al Libertador; Es un edificio subterráneo, de arquitectura ultra-mínimal coronado con una obra emo-ecléctica de 25 metros de altura de la escultora mecatrónica Alegna Norab, cuyos bordes paralelos son las autopistas 9 y 10. Su diseño permite que el pasajero ubique la ruta que aborda de inmediato. La ruta principal la del sur hacia Bogotá de 23 minutos de recorrido, la ruta norte hacia Bucaramanga de 44 minutos de recorrido y el suburbio de Moniquirá, la ruta del oriente hacia los suburbios de Paipa, Duitama y Sogamoso de 13 minutos de recorrido. Las rutas se hacen lentas y tediosas, pues los trenes con motores potenciados con energía de la inercia con 27 años, se hacen obsoletos.

Un amanecer de 2 de la mañana acá en el andén frente al antiguo Palacio de la Torre, hoy Casino Caesar Palace donde el aire de corrientes ventosas heladas llega con violencia en las noches del altiplano. Para empezar las labores del vigilancia informal de vehículos, ubicarlos hasta donde va orden aprovechando el espacio, preparándose para la guardia, tarea dispendiosa cuando se cuidan más de cien vehículos de lujo, los preferidos de Aníbal por las jugosas propinas que dan sus propietarios.

A eso de las 6 de la mañana el sol comienza a romper la noche disminuyendo aún más el estado de calor, haciendo que las corrientes de aire frío detengan su andar y den paso a la estática y espesa neblina que se posa sobre la estación. Momento para el cual Aníbal ya esta instalado en su viejo colchón de relleno de mota, buscando calor en el rincón de su casucha3 de madera de desecho, cartón prensado, plástico y teja de zinc que corona el escarpado alto de San Lázaro, lugar donde se instalan irregularmente individuos pasivos que exilia la violencia. Su esposa Ana Ofelia dejó su aliento victima del fuego enjuiciador de quienes la creían enemiga, con ella se fueron las viandas, el chirinchi, la compañía…A las 10 de la mañana la temperatura sube levemente y Aníbal sigue tendido en el viejo colchón de relleno de mota tomando calor… A las 12 del medio día aun sigue tendido en el viejo colchón de relleno de mota, en ese momento el recuerdo de su esposa, que rutinariamente hace ya mas de un años le traía su almuerzo le ahoga…A las 2 de la tarde prepara una sopa en la improvisada tulpa4 dispuesta simétricamente en el centro de su casucha …A las 4 de la tarde duerme de nuevo en el viejo colchón de relleno de mota siente incomodidad, son las migajas que quedan del día que molestan su espalda, levanta su cuerpo de su viejo colchón de relleno de mota y con el frío del día, que golpea con fuerza la ladera anunciando el inicio de la noche, emprende camino a su labor informal…

1 Bebida alcohólica de arroz, caña o piña

3 Casa pequeña y mal construida.

4 Piedra de fogón campestre.

Joan Solar Sagrav

El corazón formó la caja



Inspirado en
Heart-Shaped box (Nirvana) Kurt Cobain


Es Fortul lugar de esta historia. Niyireth nació…, creciá…y vive en este pequeño pueblo del departamento de Arauca, inmerso en la enorme llanura, Colombiana, contenida entre la cordillera de los Andes y la selva del Amazonas, extenso territorio de pocos, o de nadie. Las condiciones allí son de paraiso tropical , la vida vegetal y animal germina desmedida; mientras la muerte es vigía, como predador sin presa.

Niyireth a sus 6 años había perdido las piernas, exactamente el día en que se celebra las fiestas de la Virgen del Carmen1, a causa de la explosión provocada, esa tarde al momento en que pisaron con Kitty2 una mina anti-personas, cuando jugaba ponchados con Jeison, James, Deyanira y Hasbleidy sus amiguitos del barrio. Les fueron amputadas las piernas al nivel de las rodillas, por la infección que se desarrolló a causa de la mezcla de metralla y excrementos que contenía aquella mina. El artefacto que había sido sembrado siete meses antes, en la toma armada del pueblo por insurgentes en un potrero cercano al barrio las dejó inválidas. Pasados seis meses y siete días desde el evento Niyireth iba recuperando el ánimo de a poco, tanto que ese día quiso salir al alfeizar del frente de su casa para tomar el fresco… En todos los meses de su recuperación, no habría querido salir de su pequeño cuarto, que contenía un catre3 acondicionado de una colchoneta para hacer mas suave el dormir, un mosquitero de tul4 rosado y encaje que su padre trajo en un viaje a la capital y tres muñecas, Britni la rubia y delgada, Jilari la mayor de las tres y que había perdido el cabello ya por los años e Ingrid una rara muñeca de trapo con cabello rosado de lana acomodado en dos trenzas que a 38 C° sofocaba al verla. Seis meses y siete dias para que se decidiera salir…Diciendo a su madre.
- Mam –
La madre escuchó un murmullo desde la cocina y no prestó atención, continuó lavando los platos del almuerzo.
Niyireth insistio en tono mas fuerte:
- Mam, Mamaaaá –
El llamado llegó al instante a oidos de la madre, quién corrió aún con las manos jabonosas.
- Niyi, mi amor ¿ Que pasa ? –
- Mam, está haciendo mucho calor, quiero salir a tomar fresco –
- Niyi, ¿ estás segura ? –
- Si mami, ¿ Por qué ? –
- Bueno ya sabes la gente en la calle te pueden ver… –
- Tranquila mami, hoy no tengo miedo, además quiero mostrarte algo –
- ¿ Qué ? –
- Llévame por fa y te muestro –
- ¿ Pero y tus pi….? –
- Mis piernitas, tranquila llévame y te muestro –
- Bueno, bueno –
La madre por primera vez en seis meses y siete días, empujaba la silla de ruedas fuera del pequeño cuarto; siguieron por la sala e inmediatamente encontraron la puerta de entrada. Justo allí se ve una hamaca colgando en el porche de esta casa de una sola planta.

- Mam –
- Dime mi Niyi –
La madre con mano suave acariciaba la cabeza de la niña.
- Hoy he visto algo –
- Cuéntame mi amor, ¿ que has visto ? –
Y miraba a todo lado mientras se ubicaban para tomar el fresco de la tarde
- Están creciendo de a poquito –
- ¿ Que vida mía ? –
- Mis piernitas –
La madre ahogó la sorpresa que le producía el comentario, mientras intentaba hilar uno adecuado
- Mi vida, ¿ como te diste cuenta ? –
- Hace un rato –
- ¿ Y como ? –
- Fácil, tan solo dejé la mirada fija y ví como crecían, poquito pero crecen, muy poquito –
- Estas segura mi amor –
- Si, por eso te llamé, para que lo veas –
- Ah, ¿ y que debo hacer ? –
- Quédate mirando fijamente por un rato y veras como crecen –
La madre con el aliento húmedo por contener el llanto, fijo su mirada sobre las rodillas de la niña, siguiendo sus instrucciones se mantuvo inmóvil por un largo minuto sin parpadear, pero no vio nada… y dijo.
- Tienes razón corazón es muy poquito pero están creciendo –
- Te lo dije, crecen poquito –
Y se abrazaron, con la felicidad de un nuevo descubrimiento para Niyireth y las lagrimas de impotencia de su madre.
- ¿ Por que lloras mami ? –
- La felicidad me hace llorar mi Niyi –
- No te preocupes, sabes se me ha ocurrido algo, para que crezcan mejor y mas rápido –
- ¿ Como mi amor, como crees ? –
Dijo la madre, a la vez que limpiaba con su delantal las lágrimas de su rostro
- Es fácil, me tienes dentro de tu barriguita, como cuando nací –
- ¿ Como ? –
Exclamo la madre con la sorpresa en el rostro
- Si mami, cuando era un bebe me tuviste en tu barriguita y allí crecí hasta ser grande, me crecieron los bracitos, la cabecita y las piernitas… –
- Si mi amooor –
Y la madre abrazo de nuevo a la niña mientras besaba su cabeza
- ¿ Cierto mami, así me crecerán mis piernas ? –
- Mmm Si mi amor –
- Entonces, déjame entrar –
- Claro mi Niyi, pero tenemos que prepararnos, mañana en la mañana podrás entrar –
- Bueno –
Cayó la noche y la niña durmió. La madre esperó ansiosamente a que llegará su esposo, cuando hubo de llegar, ella le contó lo ocurrido con Niryreth y su nueva idea, asombrados pero optimistas por el cambio de animo de la niña decidieron alimentar su fantasía.
- Toma una de las batas de maternidad, tal vez la azul; es muy oscura y amplia –
Dijo el esposo mientra ideaba la estrategia y continuo
- Mañana cuando la niña despierte, la invitaras a que entre en tu barriguita te abrazará por la cintura, cuando este en esta posición la cubres con la bata de maternidad –
- ¿ Funcionará ? –
Dijo la madre
- Si no lo intentamos la tristeza la consumirá –
Dijo el esposo
- Es cierto, no lo soportaría –
- Tendrás que cargarla un rato e intentarás que duerma de nuevo –
- Que has pensado –
- La oscuridad será nuestro complice –
- ¿ Como ? –
- Al momento en que duerma en tu regazo –
- ¿ Qué ? –
- Sellaré la ventana de su cuarto evitando que entre la luz y el ruido de la calle –
- ¿ Y ? –
- Sin luz y ruido recreamos el útero de su imaginación, de seguro la oscuridad y el silencio la fatigará –
- Tienes razón puede funcionar –
Aquella fue una noche invadida de insomnio, tristeza y desolación en sus corazones. La mañana llegó y con ella las ansias de Niyireth, los padres continuaron con lo planeado la noche anterior; todo se cumplió sin omitir detalle y Niyireth ya dormía en su catre en la oscuridad de su cuarto a la mitad de la mañana. Pasó el día sin ninguna señal de movimiento para los padres, a la noche con la oscuridad como cómplice decidieron entrar, el tacto los guiaba además de esperar algún sonido, pero todo parecía inerte, Niyireth permanecía inmóvil recostada en su pequeño catre mientras susurraba…
- Estando un tiempito en la barriguita de mi mami, volverán a crecernos las piernitas de a poquito de a poquito Kitty –
- Ya ves es muy oscuro acá no entra la luz ni de día, debe ser porque no tiene ventanas, pero es muy calientito y cómodo. Solo escucho el silencio y más silencio –
- No Kitty, no me aburro –
- Siento que estoy flotando, que nada me sostiene –
- Es cierto todo es oscuridad y no veo nada, pero siento como voy creciendo –
- Puedo ver a mis amigos, que vienen entran a visitarme ellos también pueden flotar, luego cuando nos aburrimos corremos … –
- Que día vinieron y me traían de regalo un elefante bebe, yo estaba feliz vieras que lindo –
- El elefante mi mamá lo trae de a raticos, pues el espacio es muy pequeño para los tres y no nos deja crecer –
Niyireth, aun hoy sigue susurrando en su pequeño cuarto, mientras crece, crece ….y sus padres…


1 16 de Julio
2 Kitty – Amiguita imaginaria de Niyireth
3 Cama Ligera para una sola persona de tela o de cuerdas entrelazadas, y armazón compuesta de dos largueros y cuatro pies cruzados en aspa y sujetos con una clavija para poderlo plegar.
4 Tejido delgado y transparente de seda, algodón o hilo, que forma malla, generalmente en octógonos


Joan Solar Sagrav

Susurros en la ultima función

Un grito agudo vino del corredor del teatro, seguido de mil gritos mas, que por lo angosto luchaban por salir a tropel mientras atrás eran consumidas por las llamas sus humanidades. Eran los que aún podían salir sin ser consumidos. Si eran los gritos de los que acudían a la convención del lugar.

A la entrada, se ve una turba de personas bloqueándola. Son los miembros del partido político manos limpias, cuya candidata a la alcaldía dan las encuestas radiales como favorita a ganar las próximas elecciones populares. El entusiasmo desborda sus rostros, pues para hoy se organiza la convención del partido. Sus miembros eficientes caciques y copartidarios venidos de barrios y veredas cercanas a la ciudad, visten para la ocasión esperando eufóricos a su líder a la entrada del lugar, quien viene en retraso… Minutos aprovechados para el lobby, saludos y discursos ensayados que exigen una etiqueta imposta de los mujeres y hombres que viven de este el político tráfico de influencias. El ejercicio es simple; captar votantes con promesas falsas obtener su voto en las próximas elecciones y después de el triunfo recibir favores de su candidata cuando sea elegida. Hoy vinieron todos, tan solo una mirada no basta para darse cuenta, entre ellos por primera vez asiste Ciro Serafín González Ramírez, joven locuaz, líder comunitario de los barrios mas pobres y olvidados, los del sur de la ciudad, aventajado estudiante universitario en derecho y ciencias políticas, el cuarto de cinco hermanos de la familia González Ramírez. El padre conductor de bus propiedad de la cooperativa de transporte municipal zué, cuyo mayor accionista es la familia Numa Sánchez. La madre aseadora de la Universidad pública Andrés Rico Pastrana, empleada desde hace veintitrés años; quien por amistades he influencias logro inscribir a Ciro en la carrera de derecho y ciencias políticas, con un auxilio por ser hijo de un empleado además de media beca. Ciro respondía al esfuerzo de su madre con su entusiasmo académico, siendo el mejor de sus clases; era el más aventajado de sus compañeros e incluso de uno que otro maestro. Su inteligencia y entusiasmo social atrajo al partido político manos limpias, sus dirigentes reconocían sus logros en la comunidad que representaba, quienes lo invitaron a ser parte de dicho partido para apoyar en las elecciones a Dolores Numa Sánchez candidata a la alcaldía de la ciudad, aceptando entusiasmado por el reconocimiento y aún sin conocer la candidata. Dolores que en su joven y corta vida en la política había sido concejal municipal en dos ocasiones y diputada a la asamblea departamental, además de desempeñar varios cargos públicos, Gerente del acueducto municipal, Secretaria de infraestructura y obras públicas municipal, Gerente del instituto agrario departamental, Secretaria de Gobierno municipal y Alcalde encargado por dos meses en la administración de Genaro Laverde, suspendido de su cargo por la investigación que adelantaba el Cuerpo investigativo para delitos políticos nacional, por el financiamiento de su campaña a la Alcaldía con dineros del C.U.M.B.R.E. Campesinos unidos minifundistas brazo revolucionario extremo.

Ferney, arrastraba su costal a medio llenar de cartón y latas. Hoy el día pasaba sin probar bocado y las fuerza que lo mantenía era la combustión del pegante en sus sistemas. Si la limosna esta escasa y aun mas el reciclaje. Al llegar a la plaza vio que en el teatro Noemí Gacha París se agolpaba una multitud, pensó en limosnear un rato, pues los limosneros y la multitudes se llevan bien, siempre se recoge buen dinerito, estando en esas sin dar cuenta al cruzar la calle de pronto apareció de la esquina una gran camioneta negra que lo golpeó con la fuerza suficiente como para atropellarlo. El aire quedó estático y en silencio hasta el momento en que Ferney golpeó su cuerpo contra el suelo… inmediatamente se escucharon gritos. Ciro mecánicamente acudió en su ayuda, treinta largos segundos estuvo inconciente aquel mendigo en el andén. La gran camioneta negra solo se detuvo hasta la entrada del teatro, momento en que bajo Dolores; ya Ferney tendría treinta segundos mas de conciencia y Ciro le atendía y revisaba, Dolores se acerco y con un gesto despreocupado de aprobación le dio un billete de poco valor a Ferney mientras invitaba a Ciro al teatro diciendo – vamos lindo nos esperan – y entró, seguida de una ovación de quienes la esperaban. Ciro quedo clavado en aquel andén víctima de su temprana desilusión política .

La cantidad de simpatizantes excedía la capacidad del teatro y hubo quienes improvisaban su lugar, Dolores ante esto ordenó cerrar las puertas y no permitir la entrada a alguien más. Todo fue una fiesta dos horas de discursos de varios copartidario, arengas y mas que hacían subir la temperatura del lugar, en el momento de el máximo clímax Dolores llevaba quince minutos de discurso y ovación momento en el que fallaron los alimentadores de corriente eléctrica; una sobre carga de potencia, generando que el lugar quedara en tinieblas, colapsara el sonido y comenzará un incendio en el cuarto de elementos eléctricos. Cuarto que quedaba a la entrada del teatro, evento que hizo que los asistentes no lo notaran, se pidió calma para comprobar lo que sucedía, pero afuera el incendio creció en segundos alimentado por las pinturas y barnices que se almacenaban en el lugar. Cuando se lograron abrir las puertas las llamas entraron con tal fuerza, que se escucho un solo grito, todos derretidos… nadie logro salvarse…

Tantas almas ahumadas y juntas empezaron su viaje a la salvación guiadas por Dolores duraron muchos tiempos en la búsqueda del camino, tomaron atajos y caminos llanos evitaron la cuestas y un tiempo de esos encontraron una puerta, tocaron fuertemente y nadie atendía… Tocaron y tocaron y tocaron hasta que acudió alguien sin abrir la puerta pregunto ¿ Quien es ? y Dolores respondió - Soy ¡Yo! la candidata a la alcaldía por el partido manos limpias y sus copartidarios -, inmediatamente apareció el rostro del diablo y les dijo que no eran bienvenidos, Dolores replicó - pero si es el infierno aceptan a cualquiera -, inmediatamente el diablo en voz baja dijo – tengo que cuidar mi puesto – y ordeno a su ejercito de gárgolas demoníacas que adornaban la fachada del edificio del infierno, ahuyentar a los invasores que obstaculizaban la entrada de su negocio, con ráfagas de balas azufradas, que causan ardores, y escalofríos infernales cuando atraviesa un alma…

Ciro ha vuelto a las ruinas olvidadas del teatro, y entre los escombros calcinados Ferney a construido su casa. Alega ser la única en el mundo construida apilando los restos de las almas que susurran por su última función.


Joan Solar Sagrav

Migajas en la Cama ( I )


día va como vinieron los que ya pasaron para Aníbal Segundo Trespalacios, medidos con la misma cadencia que dicta la rutina heredada de sus padres. Un amanecer de 2 de la mañana acá en el valle donde el aire de corrientes calidas llega suave y tibio en las noches del río Sinú. Para empezar las labores del ganado, arriarlo hasta donde va el corte de los pastos, preparar la sal, el agua y la melaza, tarea dispendiosa cuando se tiene más de cien cabezas de ganado cebú, el preferido de Aníbal por tomar peso en pocos meses y proveer de la carne más suave y jugosa.

A eso de las 6 de la mañana el sol comienza a romper la noche aumentando gradualmente el estado de calor, haciendo que las corrientes de aire frío venidas del río para las 8 de la mañana se conviertan en brasas de este gran tizón, momento para el cual Aníbal ya esta instalado en el chichorro a la sombra del alero de su rancho de bareque y teja de zinc que corona una pequeña colina en esta llanura extensa y de donde puede controlar el progreso de sus animales sin moverse. Su esposa Ana Ofelia quien se encarga de los quehaceres domésticos ha preparado fresco una vianda y ha dispuesto el chirinchi bebida alcohólica de caña, piña… A las 10 de la mañana la temperatura sigue subiendo y Aníbal sigue vigilante meciendo su cuerpo para lograr frescura mientras observa sus reses y bebe de su botella… A las 12 del medio día aun sigue en el chinchorro y la temperatura alcanzo el máximo del día 40 grados a la sombra, en ese momento su esposa le trae su almuerzo y sin moverse pues el calor agota y asfixia cualquier esfuerzo lo consume en su chinchorro…A las 2 de la tarde la temperatura desciende unos grados se hace mas fresco el ambiente, Aníbal ya ha tomado su siesta del medio día y aun sigue en su chinchorro…A las 4 de la tarde después de varios tragos siente la incomodidad son las migajas que quedan del día y molestan su espalda, levanta su cuerpo de su chinchorro y con el fuego del día, enemigo de cualquier esfuerzo físico a disminuido emprende camino a recoger su ganado…

Joan Solar Sagrav