Migajas en la Cama ( I )


día va como vinieron los que ya pasaron para Aníbal Segundo Trespalacios, medidos con la misma cadencia que dicta la rutina heredada de sus padres. Un amanecer de 2 de la mañana acá en el valle donde el aire de corrientes calidas llega suave y tibio en las noches del río Sinú. Para empezar las labores del ganado, arriarlo hasta donde va el corte de los pastos, preparar la sal, el agua y la melaza, tarea dispendiosa cuando se tiene más de cien cabezas de ganado cebú, el preferido de Aníbal por tomar peso en pocos meses y proveer de la carne más suave y jugosa.

A eso de las 6 de la mañana el sol comienza a romper la noche aumentando gradualmente el estado de calor, haciendo que las corrientes de aire frío venidas del río para las 8 de la mañana se conviertan en brasas de este gran tizón, momento para el cual Aníbal ya esta instalado en el chichorro a la sombra del alero de su rancho de bareque y teja de zinc que corona una pequeña colina en esta llanura extensa y de donde puede controlar el progreso de sus animales sin moverse. Su esposa Ana Ofelia quien se encarga de los quehaceres domésticos ha preparado fresco una vianda y ha dispuesto el chirinchi bebida alcohólica de caña, piña… A las 10 de la mañana la temperatura sigue subiendo y Aníbal sigue vigilante meciendo su cuerpo para lograr frescura mientras observa sus reses y bebe de su botella… A las 12 del medio día aun sigue en el chinchorro y la temperatura alcanzo el máximo del día 40 grados a la sombra, en ese momento su esposa le trae su almuerzo y sin moverse pues el calor agota y asfixia cualquier esfuerzo lo consume en su chinchorro…A las 2 de la tarde la temperatura desciende unos grados se hace mas fresco el ambiente, Aníbal ya ha tomado su siesta del medio día y aun sigue en su chinchorro…A las 4 de la tarde después de varios tragos siente la incomodidad son las migajas que quedan del día y molestan su espalda, levanta su cuerpo de su chinchorro y con el fuego del día, enemigo de cualquier esfuerzo físico a disminuido emprende camino a recoger su ganado…

Joan Solar Sagrav

1 comentario:

María Paula Falla dijo...

musical tú relato... pareciera como que una palabra trae la otra y la otra y va pasando rápido todo el lapso de tiempo que narras... creo que eso ocurre por la insistencia en las horas, la repetición logra adquirir cierta melodía...



y bueno, acaso a quién no le molesta tener migajas en la cama?